Lo que mal empieza, mal acaba y está claro que el cross de La Morgal este año lo tenemos atravesado. Por un error mío, varios de nuestros niños corrieron en una categoría inferior a la suya, siendo descalificados posteriormente.
Entiendo que en los casos de Laura y Andrea, que entraron primera y cuarta, su decepción fuera patente, porque además, tienen 10 años. Pero ante la airada reacción de algunos niños/as, algo más mayorcitos, se hace necesario aclarar algunas cuestiones.
Este fallo viene provocado porque las categorías de atletismo son distintas de las de triatlón y en unos casos, por obcecación, y en otros, porque me equivoqué al leerlos en el listado, hicieron que salieran en la categoría equivocada.
El participar en las pruebas de cross es algo que valoramos entre Tony y yo como un aliciente y un estímulo antes de las pruebas de triatlón y porque los benjamines no pueden participar en éstas.
Para poder participar en el cross escolar hay que inscribirse en los Juegos Escolares en la modalidad de Atletismo y cubrir los correspondientes impresos, por categorías y colegios. Concretamente se entregaron 17 hojas de inscripciób para un total de 38 niños/as. Inscripciones que tienen que sellar en el Colegio oportuno para luego entregarlos en la oficina de los Juegos Escolares.
Yo me encargo, salvo en algún caso, de efectuar personalmente estos trámites. Pero además, para poder competir, cada alumno/a debe llevar el día de la prueba una tarjeta con sus datos, que le sirve como dorsal. Durante esta semana Tony y yo repartimos dichas tarjetas para que se trajeran cubiertas y colgamos un listado en la página web para que se pusiera la categoría y el número de participante.
El día de la prueba lo traen 5 niñas, el resto hubo que cubrirlos sobre la marcha.
La competición empieza a las 11 de la mañana y cada categoría sale en intervalos de 10 minutos y desde sitios distintos. Como responsable, debo preocuparme porque cada uno salga desde el sitio y en el horario correspondiente. Como la distancia entre las distintas salidas es de 500 metros, no da tiempo a que se pueda dirigir correctamente un calentamiento y lógicamente se está más pendiente de los más pequeños, puesto que a los mayores se les supone un mayor “conocimiento”
En resumen, el acudir al Cross Escolar supone un tiempo, una dedicación y una responsabilidad por nuestra parte, no se improvisa de un día para otro. Y por supuesto no estamos libres de cometer errores, y más el primer año en el que todos somos nuevos: padres, educadores y niños.
Resultaría muy fácil corregir este tipo de errores para el futuro, haciendo como las demás Escuelas de Triatlon: No participando en pruebas de cross.
Niños y padres tienen la decisión en sus manos.
Jesús Valles